El 8 de Marzo se celebra el Día Internacional
de la Mujer. Es una oportunidad para recordar a mujeres de nuestra historia,
como las cautivas correntinas.
En la guerra del Paraguay (1865-1870), cinco damas de la
sociedad, junto con dos niños, fueron apresadas en la ciudad de Corrientes el
11 de julio de 1865 por las tropas paraguayas que ocuparon esa capital el 14 de
abril de ese año.
Enviadas prisioneras a Paraguay, permanecieron allí en cautiverio entre 1865
y 1869. Integraban aquel grupo Encarnación Atienza Vargas de Osuna, Jacoba
Plaza Cabral y su hijo Manuel, Toribia de los Santos de Sosa, Carmen Ferré
Atienza de Alsina y su hija Carmen, y Victoria Bart de Ceballos. Cuatro mujeres
y dos niños regresaron a la ciudad de Corrientes el 5 de septiembre de 1869.
Allí, la iglesia Nuestra Señora de la Merced conserva sus restos, y un
monumento recuerda a aquellas heroínas y sus hijos.
Las cautivas correntinas
son un ejemplo de la fortaleza de la mujer y de su rol de madre en situaciones
adversas y extremas, como el caso de los conflictos armados. [1]
Lic. Luis Fernando Furlan
Los restos de Victoria Bart de
Ceballos, Carmen Ferre de Alsina, Jacoba Plaza de Cabral y Encarnación Atienza
de Osuna; y también una urna-cenotafio de Toribia de los Santos de Sosa, quien
falleció durante el cautiverio, fueron solemnemente trasladados desde el
Cementerio San Juan Bautista de la ciudad de Corrientes, al santuario de
Nuestra Señora de la Merced".
Nuestra Sra. de la Merced. Corrientes |
La historia cuenta que las
mujeres habían hecho una promesa a la Virgen de la Merced, expresó el
historiador Fernando González Azcoaga, director del Museo Histórico, a un
diario local: "si eran respetadas y volvían, lo primero que harían sería
ir a la iglesia cuando bajaran del barco sin saludar a ningún pariente.
Cuando llegaron al puerto de Corrientes en un barco brasileño cuentan que venían andrajosas y harapientas y ven a sus familias; pero sin saludar a nadie cruzan la plaza 25 de Mayo y se dirigen a cumplir su promesa, sólo luego de ello se entregaron a sus familias".[2]
Cuando llegaron al puerto de Corrientes en un barco brasileño cuentan que venían andrajosas y harapientas y ven a sus familias; pero sin saludar a nadie cruzan la plaza 25 de Mayo y se dirigen a cumplir su promesa, sólo luego de ello se entregaron a sus familias".[2]
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