miércoles, 19 de agosto de 2015

Es nuestro: el PUCARÁ……


El FMA IA-58 Pucará (en quechua, ‘fortaleza’) es un bimotor turbohélice de diseño y construcción argentina (designación Fábrica Militar de Aviones), que voló por primera vez el 20 de agosto de 1969.

Está diseñado para operar en pequeñas, y no necesariamente preparadas  pistas de tierra, en posiciones de combate adelantadas.[1]
El Pucará  resulta muy eficaz para trabar combate contra helicópteros, cuando éstos carecen de cobertura aérea, aunque no está capacitado para luchar contra aeronaves a reacción.
El nombre Pucará está relacionado con la gran cantidad de armamento que puede cargar, entre las ametralladoras, cañones y las tres fijaciones para armamento externo (2 bajo las alas y 1 bajo el fuselaje).
Su tren de aterrizaje permite operación normal aún en pistas de tierra. Prueba de ello fue la actividad del Pucará en Malvinas desde las tres bases aéreas, dos de ellas con pista de tierra (Bases Cóndor y Calderón)[2]
Durante el conflicto desempeñaron misiones de exploración, apoyo cercano a las tropas que combatían en Darwin, escolta armada de helicópteros, exploración marítima y ataque a posiciones de artillería en apoyo a tropas del Ejército, además de haber logrado el único derribo aire-aire de la FAA de la guerra, al dar cuenta de un helicóptero Scout.[3]
Cabe preguntarse como un avión a hélice para el combate actual puede durar tanto como concepto y que además se invierta en su modernización. La respuesta está en que la principal fuerza aérea del mundo y otras más están regresando al concepto del apoyo cercano a las tropas con aviones a turbohélice.
La USAF ha lanzado el concurso LAS (Light Air Support) que se trata de una competencia por suministrar una aeronave de ataque ligero a las fuerzas armadas de Estados Unidos y los tres concursantes son aeronaves a turbohélice, ex entrenadores transformados en aviones de ataque ligero . Se comenta que la propia Boeing antes de decidirse por patrocinar al Bronco, estuvo de visita en FAdeA mirando el Pucará a fin de rastrear la posibilidad de volver a fabricarlo.
En la década del setenta, Uruguay analizó la necesidad de modernizar su material de combate. Casi obvia, fue  la selección del FMA IA-58A Pucará, debido al nivel de compromiso que existía entre los gobiernos de Argentina y Uruguay, además de contar con una buena financiación y la posibilidad de contar con los aparatos de manera casi inmediata.
El 12 de noviembre de 1980 se firma el contrato de compra, el cual incluían seis aviones (con opción a dos más), entrenamiento, repuestos, mantenimiento inicial y armamento lanzable. Siendo el destino de estos aparatos el Grupo de Aviación N° 1 con asiento en Durazno.


Una distinción que tienen los Pucara de las FAU es la de contar con personal femenino dentro de los pilotos que lo vuelan, siendo Carolina Arévalo la primer mujer en tener el mando de un IA-58.[4]
Carolina Arévalo, de 22 años, emprendió su vuelo de “bautismo” en un I-A 58 Pucará. [5]
Junto a otra joven uruguaya,  se convirtieron en las primeras mujeres piloto de combate de América Latina, tras egresar de la Escuela Militar de Aeronáutica (EMA) en el año 2000 y luego de pasar dos años recibiendo instrucción en esa especialidad.[i] Ellas son;Carolina Arévalo y  María Eugenia Etcheverry.
Compartimos con orgullo que el vuelo de bautismo de Carolina, haya sido con un avión de fabricación argentina!



[i] Las fotografías son de la revista "Galería"; 20 junio 2002 .
En la fotografía aparecen la Alférez (Aviador) Carolina Arévalo (n. 1980; foto principal) y la Alférez (Aviador) María Eugenia Etcheverry (n. 1976; detalle), las dos primeras mujeres egresadas de la Escuela Militar de Aeronáutica en diciembre del año 2000 (ingresaron en 1998).