El Día de la Soberanía Nacional se celebra anualmente el 20 de noviembre, en
conmemoración a la Batalla de la Vuelta de Obligado, librada el 20 de noviembre
de 1845. La Confederación Argentina se encontraba gobernada por Juan Manuel de
Rosas, quien al mismo tiempo ejercía como gobernador de la provincia de Buenos
Aires. Esta conmemoración fue propuesta, y aprobada por el
Congreso de la Nación. Varios años más tarde, el 3 de noviembre de 2010, año
del Bicentenario de Argentina, fue promovida a feriado nacional.[1]
La poderosa escuadra
invasora intentaba obtener la libre navegación del río Paraná para auxiliar a
Corrientes, provincia opositora al gobierno de Rosas. Esto permitiría que la
sitiada Montevideo pudiera comerciar tanto con Paraguay como con las provincias
del litoral. En defensa del territorio nacional estuvo a cargo el general
Lucio N. Mansilla, quien tendió de costa a costa barcos “acorderados” sujetos
por cadenas.
La escuadra anglofrancesa contaba
con fuerzas muy superiores a las locales. A pesar de la heroica resistencia de
Mansilla, la flota extranjera rompió las cadenas colocadas de costa a costa y
se adentró en el Río Paraná.
Sin embargo, debido a la heroica defensa del
territorio argentino, en esta fecha se celebra el día de la soberanía nacional.
Bajo la Convención Arana-Southern, que
selló la paz con Gran Bretaña, el gobierno de Su Majestad Británica reconoció
“ser la navegación del Río Paraná una navegación interior de la Confederación
Argentina y sujeta solamente a sus leyes y reglamentos; lo mismo que la del Río
Uruguay en común con el Estado Oriental”.
Muchas mujeres lucharon a la par de sus esposos, hijos y
hermanos, para defender el territorio argentino.
Josefa Ruiz Moreno, Rudecinda
Porcel, María Ruiz Moreno, Carolina Suárez, Francisca Navarro y Faustina
Pereira, encabezadas por Petrona Simonino
quien las representa en una placa ubicada en el sitio histórico, colocada por el Círculo de Tradición Nacional el 20 de
noviembre de 1935.
Se las conoció como Soldaderas, nombre que se les daba a
las mujeres que seguían a los soldados.
Compartían su vida con los hombres, que en cada fortín de la llanura
defendían las fronteras. Los seguían
donde hubiera batalla, con su carga de elementos de cocina, ollas y cafeteras
que desbordaban del recado del caballo, que las llevaba de un lado a otro,
siguiendo a su soldado.[2]
Petrona nació en San Nicolás allá por 1811, Petrona Simounin, hija
de padre francés y madre nicoleña (Almada), para los lugareños la familia
pronto paso a ser Simonino, debido a las dificultades para pronunciar su
verdadero apellido. A los 21 años contrajo matrimonio con Juan de Dios Silva,
con quien tuvo ochos hijos, vida que se vió interrumpida, cuando Lucio
Mansilla, nombró a su esposo como
Capitán de milicias de armas de artillería, ya que tenía buena reputación
dentro del ejército federal.
Petrona no dudó y marchó junto a su marido en 1845 hacia Obligado,
dejando sus hijos y su hogar. Cuando se desató la batalla el 20 de
noviembre, se encargaba entre otros casos de primeros auxilios, vendajes,
proveía agua fresca, entre otras cosas, auxiliando a los defensores de la
Patria, sin importarle poder ser blanco del fuego enemigo.
Falleció a los 76 años en 1887. Y
como tantas otras mujeres que protagonizaron diferentes hechos trascendentes de
nuestra historia su nombre había quedado relegado en silencio. Recordarla,
reivindicarla y conocerla es nuestro deber.[3]
Decía el Gral. Mansilla en un
parte “... tuvieron que dejar aquel lugar, bajo un fuego abrasador, para alejar
las carretas del parque, con crecido número de heridos y familias, en los
cuales se distinguió por su valor varonil la esposa del Capitán Silva, doña
Petrona Simonino”.
[1] https://es.wikipedia.org/wiki/D%C3%ADa_de_la_Soberan%C3%ADa_Nacional
Recuperado 20.11.15
[2] http://www.revisionistas.com.ar/?p=5182 Recuperado 20.11.15
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